Si un cristiano quiere conocer su identidad, no puede quedarse cómodamente sentado en el sillón ojeando un libro porque en el mundo “no existe un catálogo” con la imagen de Dios. Y tampoco se puede trazar a un Dios ventajoso obedeciendo a reglas que con Dios no tienen nada que hacer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario